Cartas a los lectores
![](https://i0.wp.com/www.comuniondelagracia.es/wp-content/uploads/2024/05/VV-Letter-head-for-messages-2024.jpg?resize=960%2C257&ssl=1)
Madrid, 18 de junio de 2024
Estimados amigos, queridos y fieles hermanos en Cristo, colaboradores, y lectores de Verdad y Vida:
Junto con el pequeño pero fiel equipo de voluntarios que, con la imprescindible, incondicional y generosa ayuda de Dios, hace posible Verdad y Vida, nuestra página Web, www.comuniondelagracia.es, que ya ha recibido más de 148.100 visitas, y todos los demás aspectos del ministerio de la Comunión Internacional de la Gracia (CIG), mi esposa y yo deseamos y pedimos que, en unión de vuestros seres queridos tengáis buena salud y estéis llenos de fe y esperanza en Jesucristo, y en lo que ha hecho y nos ha dado por su amor y sacrificio inconcebibles. Y que, en respuesta a su amor incondicional y misericordia renovada cada día, lo estéis adorando en temor reverente como Él solo se merece, pues es el creador y sostenedor de nuestras vidas y el que nos provee de todo lo necesario.
El filósofo alemán Schopenhauer comparó a la raza humana con un grupo de puercoespines acurrucados en una fría noche de invierno. Dijo: «Cuanto más frío hace afuera, más nos acurrucamos para calentarnos; pero cuanto más nos acercamos unos a otros, más nos lastimamos unos a otros con nuestras afiladas púas. Y en la noche solitaria del invierno de la tierra eventualmente comenzamos a separarnos y vagar solos y morir congelados en nuestra soledad».
Detengámonos un momento y pensemos en esas palabras. Nuestra iglesia fue durante muchos años una denominación bastante esquiva y aislada. Nos perdimos algunas experiencias enriquecedoras al no ser muy receptivos o amigables con otras organizaciones cristianas. Nuestro distanciamiento se debió, en parte, a una teología defectuosa, a una autoevaluación elitista y, en parte, al miedo. Estoy seguro de que podríamos citar otras razones, pero lo que intento señalar es el hecho de que durante décadas no estuvimos muy inclinados a asociarnos con el gran cuerpo de Cristo. Damos muchas gracias a Dios por abrir nuestros ojos para ver la necesidad de un cambio. Desde hace más de quince años la CIG ha estado dispuesta y ha sido capaz de participar con las organizaciones paraeclesiales como la Asociación Luis Palau, la Asociación Evangélistica Billy Graham en los eventos “Festimadrid-2005, 2012 y 2019” y en “Mi Esperanza”. La CIG seguirá ayudando a construir puentes de comprensión y cooperación dentro de la comunidad de creyentes guiada por el Espíritu Santo. Jesús continuará guiándonos en la participación de la CIG en las actividades colectivas y en las oportunidades para propagar el evangelio junto con otros cristianos.
Pero, ¿cuál es el factor principal que mantiene unidos a los cristianos? Es nuestra fe común en Jesucristo como Cabeza de la iglesia. Si bien las relaciones humanas saludables son ciertamente extremadamente importantes, es nuestra unión común en Dios la que debe energizar y motivar lo que pensamos, decimos y hacemos. El enfoque de nuestro Señor siempre fue claro. Dijo que vino para honrar y glorificar a su Padre. Este estado de ánimo también debería ser NUESTRA razón de vivir. Todo se centra en la adoración. Somos uno con los otros porque hemos sido hechos uno con el Padre a través de Jesucristo y la obra reconciliadora del Espíritu Santo. Tenemos un Padre: “ ―Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: “’Vuelvo a mi Padre, que es vuestro Padre; a mi Dios, que es vuestro Dios”’ (Juan 20:17), un maestro: “Este mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros. Así como yo os he amado, también vosotros debéis amaros unos a otros. De este modo todos sabrán que sois mis discípulos, si os amáis unos a otros” (Juan 13:34-35), un pastor: “Tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traer. Así ellas escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño y un solo pastor” (Juan 10:16), una cabeza: “Más bien, al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo” (Efesios 4:15), y un fundamento: “…porque nadie puede poner un fundamento diferente del que ya está puesto, que es Jesucristo. Si alguien construye sobre este fundamento, ya sea con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y paja…”(1 Corintios 3:11-12).
John MacArthur, el renombrado erudito evangélico, ha declarado que «nada es más importante que la adoración. Y la adoración es más que una actividad formal de la iglesia; es personal antes que pública». La adoración, en pocas palabras, debería ser la esencia del estilo de vida cristiano.
Necesitamos darle a Dios el lugar que merece en nuestros corazones. Ser más conscientes de que él vive en nosotros y nosotros en él: “En aquel día os daréis cuenta de que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros…―El que me ama obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él” (Juan 14:20, 23). Nuestras agendas están cada día más apretadas y nuestras preocupaciones físicas parecen acaparar todo el tiempo. La tiranía de lo inmediato, muchas veces, nos lleva a postergar lo necesario. Pero, ¿cuánto tiempo de calidad estamos dispuestos a dedicarle a nuestro Creador? ¿Nuestras prioridades son siempre realmente claras? ¿Estamos dispuestos a hacer los sacrificios adecuados? Estas son preguntas que deberíamos examinar honestamente.
Pido a Dios que a medida que nos acercamos a Jesús, es mi oración que también nos acerquemos aún más unos a otros. Queremos aprender a amar más a Dios, queremos compartir Su gracia con quienes nos rodean mientras alabamos al Eterno. ¿Te unes a mí para hacer de Dios el centro, el Señor de nuestras vidas en verdad? Si escuchamos más atentamente lo que Cristo tiene que decir en este tiempo a Su iglesia experimentaremos un poderoso crecimiento espiritual. Nuestras relaciones se volverán más amorosas, más constructivas, más gozosas y que le darán mucha más honra a Dios, que se la merece toda.
Ahora bien, la verdad está antes que la unidad. La unidad sin verdad es peligrosa. Por eso debemos defender las verdades y los valores bíblicos correctos y no comprometer los elementos esenciales del evangelio. Pero se nos ha concedido mucha libertad en Cristo. Podemos usar, pero no abusar de este regalo. Mientras adoramos a Dios, asegurémonos de darnos unos a otros el respeto y la dignidad adecuados, al mismo tiempo que reconocemos que nuestra unidad espiritual se encuentra primero y último en Dios.
Como A. W. Tozer señaló sucintamente: «¿Se te ha ocurrido alguna vez que cien pianos, todos afinados con el mismo diapasón, se afinan automáticamente entre sí? Están de acuerdo al estar afinados, no entre sí, sino con otro estándar con el que cada uno debe afinarse individualmente. Así, cien adoradores reunidos, cada uno mirando a Cristo, estarán más cerca unos de otros de lo que podrían estarlo si se centraran únicamente en ser más conscientes de la «unidad» y apartaran sus ojos de Dios para esforzarse por acercarse los unos a los otros.
Comencemos el verano volviendo a dedicarnos a Jesús, nuestro Salvador y Señor. ¡Unámonos para adorar a nuestro maravilloso Dios unitrino con todo nuestro ser, que incluye también todo lo que nos ha dado! Qué tengáis buen verano y os acordéis de donar algún dinero a alguna de las ONG que están dedicadas a compartir el amor de Dios con los menos afortunados y que, si podéis, nos ayudéis a que continuemos enviando Verdad y Vida, a todas las personas que nos la soliciten y no puedan contribuir por falta de recursos. Lo que si le pedimos a esas personas favorecidas por la generosidad de otros lectores, es que pidan que Dios bendiga con lo necesario a sus benefactores y a todos los que en la CIG hacemos todo lo posible para que, con la imprescindible ayuda de Dios, la producción de Verdad y Vida, siga siendo una realidad que lleve bendición a sus lectores. ¡Muchas gracias!
El pequeño equipo de voluntarios directos en la realización de Verdad y Vida, y en el ministerio de la CIG, mi esposa yo, deseamos y pedimos que, llenos de fe y esperanza en Jesucristo, y en lo que nos ha hecho ser y nos ha dado por su amor y sacrificio inconcebibles, tengáis buena salud y estéis llenos de gozo, paz y gratitud por el amor incondicional de Dios en Jesucristo por todos los seres humanos y por habitar en nosotros por medio del Espíritu Santo.
Pedro Rufián Mesa
Director-Editor de Verdad y Vida
Si deseas enviar un donativo, que es desgravable en el Impuesto de la Renta, puedes ingresarlo en el Banco Santander C/C nº ES17-0075-0315-44-0600233238, o enviando un giro postal a la dirección anterior.
Los lectores en los Estados Unidos, Canadá, o en cualquier otro lugar fuera de España, que deseen enviar un donativo pueden hacerlo a través de una transferencia internacional con los datos que aparecen más abajo entrando como beneficiario a Comunión Internacional de la Gracia o Verdad y Vida. También lo pueden hacer por medio de PayPal a la cuenta de nuestro ministerio: iduespana@yahoo.es
Otra forma fácil y económica de hacerlo, especialmente para nuestros lectores en los Estados Unidos y Canadá, es usando los servicios de XOOM para ordenar una transferencia internacional a la cuenta bancaria de la Comunión Internacional de la Gracia. Datos bancarios que necesitarás para hacerla:
Entidad Bancaria: Banco Santander
IBAN: ES17–0075-0315-44-0600233238
Dirección de la oficina bancaria: Plaza de Segovia, 2; 28600 NAVALCARNERO, Madrid, España
“Swift address“: POPUESMM
Muchas gracias por tu colaboración.
CARTAS ANTERIORES
Si deseas leer o escuchar más sobre otros temas pincha sobre uno de los siguientes dos listados: