¿Estás leyendo la Biblia como un todo?
por Joseph Tkach
El Libro Guinnes de los Récords lo llama el libro más vendido en el mundo, con alrededor de dos mil millones de copias vendidas hasta ahora. Es uno de los libros más citados, y frecuentemente mal citados. Estoy refiriéndome, por supuesto, a la Biblia.
Aunque no sabemos cuantas personas lo han leído en realidad, se puede decir con seguridad que miles de millones han sido afectadas por el mensaje de la Biblia. Antes del siglo XX pocas personas tenían acceso a ella. Al principio de la historia cristiana, las iglesias típicamente poseían solo una copia del Antiguo Testamento, la Septuaginta, y copias de varias cartas escritas por los primeros líderes de la iglesia. A menudo, estaban guardadas en un armario llamado precisamente, “armarion”. El profesor de seminario, Timothy Paul Jones, comenta sobre su contenido:
“Es posible que no todos aquellos textos fueran idénticos a los veinte y siete libros que hoy encuentras en el Nuevo Testamento. Con toda seguridad, los cuatro evangelios, el Libro de los Hechos de los Apóstoles, las epístolas de Pablo y probablemente la Primera Epístola de Juan habrían tenido un lugar en el “armarion”. Pero el gabinete podría carecer de unos pocos escritos que después conformaron el Nuevo Testamento: La Carta a los Hebreos y quizás la segunda epístola adscrita al apóstol Pedro, por ejemplo, o un par de las cartas de Juan. Una alegoría peculiar titulada, El Pastor, pudiera haber hecho aparición en algunas zonas. Puede que incluso encontraras una carta o dos de un pastor romano llamado Clemente. El canon del Nuevo Testamento, esto es los veinte y siete textos que encuentras hoy en tu Nuevo Testamento no estaban todavía claros para los cristianos en todas las partes».
Gracias a Dios, esta ausencia de claridad con respecto al contenido del Nuevo Testamento se resolvió en el siglo IV por concilios representando a la totalidad de la iglesia. Pero desgraciadamente, encuestas recientes indican que la lectura de la Biblia ha declinado significativamente en la actualidad. Hay numerosas razones para esa disminución, incluyendo el hábito de leer la Biblia en formas fragmentarias, leyéndola solo para la devoción personal, fracasando así en reconocer la Biblia por la maravillosa literatura que es. Otra razón para el declive de su lectura es la comunicación instantánea que ha alterado la forma en que las personas se relacionan con todos los libros.
Desgraciadamente, otra razón para la disminución en la lectura de la Biblia es el hábito que tienen muchos predicadores de usarla mal, al usar pasajes fuera de su contexto para ilustrar sus propias ideas en sus sermones. En este aspecto nota esta cita del autor Peter Mead:
“Usar un pasaje bíblico fuera de su contexto no solo es errado, sino que también hurta la experiencia de ver la gran imagen, la idea total, las narrativas épicas y los poemas de las Escrituras que conmueven el corazón. A menudo sopeso el hecho de que los hombres y las mujeres bíblicas, a quien más aspiro a parecerme, no son aquellos con un vibrato rápido lleno de breves textos de prueba, sino aquellos que conocen al Dios de la Biblia porque están bañados en ella con una totalidad, libro a libro”.
La Biblia es un todo literario, y obtenemos lo máximo cuando la leemos como tal. Esto significa beber profundamente en los textos para recibir el mensaje de Dios para nosotros. Porque los patrones de comunicación de la Biblia tienden a ser sutiles, complejos y con diferentes tonalidades, y se necesita tiempo, habilidad y esfuerzo entenderlos. Y cuanto más experiencia logres para hacerlo, más vas a ver la Biblia por lo que verdaderamente es: una narrativa que se va abriendo con situaciones y resoluciones. No es un libro de trozos y piezas aisladas para que nosotros lo entendamos sacando los pasajes fuera de su contexto.
Mi buen amigo Halford asemejaba la Biblia a una sinfonía de Beethoven. John llegó a comprender bien a Beethoven solo cuando escuchó todas sus nueve sinfonías, no solo las partes favoritas de unas cuantas. John dijo que tuvo la misma experiencia con la Biblia. De la misma forma que las sinfonías de Beethoven’s encajan juntas como una totalidad unificada, así es también con las Sagradas Escrituras. En este aspecto nota lo que Pablo escribió a Timoteo: “No hay nada como la Palabra escrita de Dios para mostrarte el camino a la salvación a través de la fe en Cristo Jesús. Cada parte de las Escrituras es el aliento de Dios y es útil, de una forma u otra, para mostrarnos la verdad, exponer nuestra rebelión, corregir nuestros errores y entrenarnos para vivir el camino de Dios. Por medio de la Palabra venimos a estar juntos y a formarnos para la tarea que Dios que tiene para nosotros” (2 Timoteo 3:15-17 The Message- El Mensaje [traducción libre al español por Pedro Rufián]). La Biblia no es meramente una lista de cosas a hacer de Dios. Al contrario, es la historia dinámica y unificada de su amor por la humanidad. En la Biblia el Dios Unitrino del universo comparte con nosotros su mismo corazón, mente, naturaleza, carácter y propósitos. En ella encontramos como Dios nos va mostrando su fidelidad y plan para nosotros, invitándonos a participar en lo que él está haciendo. La Biblia nos expone su promesa de relación eternal con él, es nuestra historia de esperanza, redención y adopción como hijos de Dios.
Te animo a leer la Biblia personalmente y, como predicadores y maestros, a animar a otros a hacerlo para encontrar respuestas a las preguntas más grandes e importantes de la vida: ¿Quién es Dios? Y ¿Quién soy yo en relación a él?
________________________________________________________________________________________
Si has sido bendecido al leer este artículo quizás desees ayudarnos a que otros lo sean también. Pincha aquí para saber cómo. ________________________________________________________________________________________
Si deseas leer o escuchar más sobre otros temas pincha sobre uno de los siguientes dos listados:
* LISTADO COMPLETO DE ENTRADAS-ARTÍCULOS POR TITULO
* LISTADO DE MENSAJES DE AUDIO EN ESTA WEB
Esta página ha sido leída 6922 veces