El cambio climático y la proclamación del reino de Dios
Apareció publicado por primera vez en GCI Weekly Update el 1 de julio de 2015 From the President
Los anuncios sobre el cambio climático y la proclamación del reino de Dios
El tema del calentamiento global, a veces referido como cambio climático, ha tenido un lugar prominente, y a menudo contencioso, en el discurso público durante algún tiempo. Los legisladores en muchas naciones continúan debatiendo si aprobar rápidos cambios legales sobre el tema. Algunos ven llegar grandes catástrofes mientras otros están convencidos de que el calentamiento global no está tomando lugar. Hay muchas posiciones que están entre estas dos.
Perdonar la expresión, pero el cambio climático es un “tema caliente”. Los expertos y los oportunistas en todos los lados del debate continúan haciendo toda clase de afirmaciones, típicamente señalando a informes científicos que parecen apoyar su posición. Una persona se puede volver loca, o al menos deprimirse observando como se desarrollan estos debates.
Usado con permiso via Wikimedia Commons
Desgraciadamente, afirmaciones en todos los lados del debate son a menudo sensacionalistas, y abundan las predicciones de desastres y calamidades. En el 2007, el científico del Reino Unido, James Lovelock, predijo que como resultado del calentamiento global, miles de millones de personas morirían y que las pocas parejas que sobrevivirían vivirían en el Ártico. En el año 2008, basado en el trabajo de científico climático de Estados Unidos, Wieslaw Maslowski, el ex-vicepresidente Al Gore predijo que la totalidad del casquete polar ártico desaparecería para el año 2013. En el 2010, el microbiólogo australiano, Frank Fenner, predijo que los seres humanos probablemente se extinguirían dentro de cien años debido a la superpoblación, la destrucción del medio ambiente y el cambio climático.
Después, Lovelock, cambió parcialmente su predicción declarando: “Fui alarmista sobre el cambio climático y también lo fue Gore. El problema es que no sabemos lo que está haciendo el clima”. En una entrevista reciente, Lovelock, señaló que: “El clima está haciendo sus trucos usuales. En realidad no está ocurriendo mucho todavía. Se supone que para ahora beberíamos de estar a medio camino de que se derritiera el mundo”. Encuentro refrescante el candor de Lovelock, sin embargo las afirmaciones sensacionalistas continúan. El Internet está lleno con artículos prediciendo grandes catástrofes como resultado del calentamiento global. Por ejemplo, algunos estudios científicos señalan la reciente sequía del Sur de California como evidencia del calentamiento global. Otros afirman que la sequía es el resultado de los ciclos climáticos normales.
Por supuesto, a estudios como estos se les da, a menudo, una cobertura sensacionalista en los medio de comunicación, a pesar del hecho de que muchas de las predicciones no se han cumplido. El casquete de hielo del Círculo Polar Ártico no ha desaparecido y la población de la tierra continúa creciendo a ritmo rápido. Debo de señalar que los medios de comunicación incluyen a tipos religiosos que, como si fueran profetas, les gusta citar estudios científicos prediciendo catástrofes como evidencia de que es inminente el cataclísmico final del mundo. Probablemente hayas notado que sus predicciones tampoco se han cumplido.
Teniendo en mente esto, ¿qué tiene que creer el cristiano? Una cosa sabemos segura por los registros de la historia en este mundo caído, y es que nuestro conocimiento es, a veces, incompleto. Más aún, a menudo hemos sido incapaces de resolver nuestros problemas más graves. También vemos que las predicciones de la ciencia no han sido perfectas y que típicamente las de los autoproclamados profetas religiosos han fallado. Mi punto es este: Es difícil conocer la verdad objetiva cuando leemos sobre asuntos complejos como los del cambio climático y el calentamiento global. Hay científicos de reputación que apoyan todas las partes del debate, así que es necesario el cuidado y la precaución. Desgraciadamente, a menudo, los medios de comunicación lanzan la precaución al viento para promocionar lo sensacional, aparentemente más interesados en las historias dramáticas que entretienen, que en los hechos objetivos, a menudo complejos, que informan verdaderamente. Tenemos que tener cuidado y ser prudentes con lo que leemos o escuchamos, y con nuestras reacciones.
No hay duda de que alrededor del mundo enfrentamos problemas medioambientales substanciales. Por medio de Adán y Eva Dios le dio a la humanidad la sagrada responsabilidad de ser cuidadora de nuestro planeta. Sin embargo, la historia muestra que en gran medida hemos fracasado. El inadecuado procesamiento de los residuos y las basuras, la deforestación y la contaminación medioambiental son rampantes, y las consecuencias son a menudo devastadoras. Aunque sin duda hay cantidad de malas noticias, nuestro llamamiento como seguidores de Jesucristo no es amplificarlas, sino proclamar las buenas noticias del reino de Dios. Esa noticia no es tanto sobre lo que creemos como sobre en quién creemos. Para más información sobre la naturaleza del reino y nuestro llamamiento a proclamarlo os invito a leer el estudio del Dr. Gariy Deddo El Reino de Dios.
Proclamar las buenas noticias en medio de las sensacionalista malas noticias conlleva sabiduría y valentía. Como dice el dicho, “la valentía es el temor que ha dicho sus oraciones”. En medio de las afirmaciones sensacionalista sobre el desastre inminente, miramos a Dios para las respuestas decisivas, confortados sabiendo que la verdad que él, como se proclama en el viejo himno, tiene en verdad a “todo el mundo en sus manos”. Por la resurrección de Jesucristo de los muertos, Dios es Señor y Salvador sobre todo el tiempo y el espacio, sobre todo el universo y su historia. Como Jesús proclamó: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). ¡En él ponemos nuestra esperanza! Dios se nos da a conocer totalmente en la persona y obra de Jesús. Su encarnación y expiación es el punto en el que el mundo ve y conoce la misma naturaleza y carácter de Dios. Sabemos que por la gracia de Dios estamos conectados a Cristo de forma que nuestras vidas y nuestra historia son reunidas en la suya. Su destino es el nuestro y eso es ¡muy buenas noticias!
Debemos ser conscientes y preocuparnos por lo que está sucediendo a nuestro alrededor, incluyendo los desastres medioambientales. Debemos de contribuir con lo que podamos por el bien común como individuos y como congregaciones, pero no hay necesidad de hacer predicciones horribles, ni de acobardarnos en temor por lo que por lo que pueda venir. No hay necesidad de caer en el aspecto sensacionalista en ambos lados de estos temas. En su lugar actuemos responsablemente mientras ponemos nuestra confianza en Jesucristo. Por medio de nuestras palabras y acciones dirijamos a las personas a él y al dominio de su reino. Proclamemos que él es el Centro del centro, la única solución verdadera, definitiva y duradera de lo que aqueja a la humanidad. Mostremos en hechos y en palabras que Jesús está ahora aquí, por medio del Espíritu preocupado por la tierra y actuando para transformar la humanidad. Un día regresará corporalmente y, cuando lo haga, traerá con él unos nuevos cielos y una nueva tierra, transformada, que cede totalmente y por ello es bendecida por su soberanía y su reinado perfectos. En el poder del Espíritu vivamos ahora en esa esperanza y compartámosla con otros.
Conociendo y amando el Centro del centro.
Pd: Por supuesto, el calentamiento global no es el único “tema caliente” que los medios de comunicación están dándole sensacionalismo. Como sabéis el Tribunal Supremo de los Estados Unidos ha decretado recientemente que el matrimonio entre contrayentes del mismo sexo es legal en los cincuenta estados. Los alborotadores, incluyendo a cristianos, en ambos bandos de este tema están sopesándolo y, como era de esperar, hay afirmaciones sensacionalistas en ambos lados.
¿Qué vamos a creer y a hacer? Debido a nuestras convicciones bíblicas con respecto al matrimonio, no celebramos la decisión, pero tampoco levantamos nuestras manos con tristeza, sino que vivimos en esperanza, confiando en Dios, sabiendo que él es soberano. Vivimos en un mundo caído y no nos sorprende que opere en la forma que lo hace. Estoy seguro que el apóstol Pablo estaba disgustado cuando fue enviado a la prisión por proclamar a Cristo, sin embargo, escribió que los cristianos debían regocijarse en sus tribulaciones. Y por ello no tenemos pánico, ni nos desesperamos, ni reaccionamos en exceso. En los Estados Unidos, Grace Communion International es miembro de la Asociación Nacional Evangélica (NAE) y abrazamos lo que la NAE ha escrito en oposición a una redefinición radical del matrimonio (http://nae.net/the-defense-of-marriage-and-the-right-of-religious-freedom). Como sabemos, la mayoría de la humanidad rechaza a Dios ya que no lo ve por lo que verdaderamente es: el Dios del amor santo (agape). Como ministros de Jesucristo, no estamos llamados a ser profetas del Antiguo Testamento sino a proclamar el amor santo y la gracia de Dios por todas las personas. Estemos en los asuntos de nuestro Padre incluso cuando los eventos puede que nos tienten a hacerlo de otra forma.
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