Contestando a preguntas sobre nuestra teología
Esta actualización es de Dr. Gary Deddo, que sirve en el Equipo de Medios de Comunicación de la Grace Communion International (GCI) y como asistente personal del presidente de la GCI, Dr. Joseph Tkach.
En este artículo Gary nos alerta sobre etiquetarnos a nosotros mismos como trinitarios encarnacionalistas, y da respuesta a aquellos que cuestionan nuestra teología. Nos ayuda a comprender con más precisión nuestra perspectiva teológica.
1. La etiqueta “Teología Trinitaria Encarnacional” debe de entenderse como descriptiva en vez de cómo determinadora de nuestra síntesis doctrinal.
A veces nuestros críticos quieren considerar esta etiqueta como siendo determinante, pero ese no es el caso. Como tampoco es el caso que nuestra teología sea Barthiana o Torranciana, etc. En el mejor de los casos tales etiquetas son solo parcialmente descriptivas. Cualquiera similitudes no son definitivamente determinantes.
2. Lo que es determinante para nosotros es la realidad de quién es Dios como se ha dado a conocer a sí mismo en Jesucristo, de acuerdo a las Escrituras. Nuestras formulaciones teológicas derivan y tienen la intención de señalar a esa realidad fielmente, que excede a lo que puede contenerse en nuestra comprensión teológica.
3. Cuando citamos a algunos teólogos positivamente, o incluso cuando damos referencias de los Credos cristianos históricos, los usamos como ilustración de nuestra propia posición teológica, no como una fuente o norma final de la misma. Muestran que otros miembros del cuerpo de Cristo, en otros tiempos y lugares, entendieron la revelación bíblica en una forma similar a como nosotros hemos venido a entenderla. Lo que demuestra que no tenemos interés en ser esotéricos o excéntricos en nuestra enseñanza, y que creemos que otros miembros del cuerpo de Cristo nos pueden ser de ayuda, al decir al menos tan bien como nosotros, sino mejor, como entender la Palabra de Dios.
4. Dicho lo anterior, la etiqueta “Teología Trinitaria Encarnacionalista” no tiene la intención de indicar que sostenemos una forma especial o superior de cristianismo. Indica que el centro y corazón de nuestra fe y adoración corresponde al centro y corazón de la revelación del mismo evangelio, de la misma forma que lo ha hecho toda la iglesia histórica, ortodoxa hasta hoy. Esta etiqueta nos recuerda de la realidad central de quien es Dios y se ha revelado a sí mismo en y por medio de Jesucristo, de acuerdo a las Escrituras. También representa la naturaleza de nuestra renovación y restauración a la verdadera fe cristiana que hemos venido a compartir con toda al iglesia cristiana. Si otros han sido empujados o descentrados nosotros les pasamos estas verdades fundamentales de las que fluyen todas las otras doctrinas cristianas, para que ellos también puedan ser renovados y restaurados en su fe y adoración.
5. Algunos críticos dicen que no hacemos distinción entre los creyentes y los no creyentes por la forma en la que hablamos de Dios teniendo una misma mente, corazón y propósito para con todos. Aunque no es verdad, dicen que sostenemos el universalismo. ¿Por qué han llegado a esta conclusión errada? Porque hacen deducciones desde nuestras afirmaciones sobre Dios hasta nuestros puntos de vista sobre sus criaturas. “Si Dios considera a todos de la misma forma, entonces todos deben de considerar a Dios de igual forma”. Pero no hemos llegado a nuestra comprensión a través de deducciones lógicas hechas de una sola afirmación sobre Dios. Eso sería mala teología y mala lógica. No, la simple deducción lógica no es necesariamente siempre verdad, y más especialmente cuando pasamos de hablar de Dios a hacerlo de las criaturas.
6. Parece que su crítica a nuestra teología es un reflejo de cómo funciona la suya propia. Observando una diferencia entre creyentes y no creyentes, imaginan una diferencia correspondiente en Dios. De nuevo, hacen una simple deducción lógica, pero esta vez en la dirección opuesta: de una descripción de las diferencias entre los seres humanos a lo que Dios debe determinar para esa diferencia entre las personas. Nosotros no razonamos de esa forma. Hacerlo así, bajo nuestro punto de vista, constituiría una proyección mitológica, que es idolatría. Hacerlo así significaría concluir algo acerca de lo que Dios determina de una descripción de criaturas individuales o de una clase de ellas. Juan Calvino cometió ese error al razonar en sus polémicos escritos sobre la predestinación. Agradecemos que no sucumbió a ese razonamiento falto en la mayoría de sus escritos sobre teología. (Como en sus Institutos y otros).
7. Típicamente, la diferencia entre nuestro punto de vista y el de aquellos que lo critican, es que nosotros empezamos con la revelación propia de Dios como el criterio de nuestras afirmaciones sobre Él (“solo Dios revela a Dios”). Nosotros no empezamos con nuestra propia descripción, ni incluso con las descripciones bíblicas de cómo los seres humanos responden a Dios en formas diferentes, y entonces deducen lógicamente algo sobre quien es Dios y lo que quiere de sus criaturas humanas. Las descripciones de las criaturas humanas, e incluso de sus potenciales fines eternos, ya sea por medio de nuestras propias observaciones o por referencia a pasajes bíblicos aislados interpretados fuera de contexto, no significan para nosotros una revelación definitiva de quien es Dios ni de lo que Él quiere. Jesucristo solamente, de acuerdo a la revelación divina (Las Escrituras) solamente, nos muestra nuestra confianza en y la comprensión del corazón, la mente, los propósito y el carácter de Dios. Sobre esa base, concluimos que Dios es un Redentor que tiene una naturaleza y corazón redentores, que no quiere que nadie perezca sino que todos procedan al arrepentimiento y reciban la vida eterna. Esto es, Dios es idéntico en carácter a Jesucristo que es Señor y Salvador.
8. Algunos condenan o rechazan nuestra posición teológica, etiquetándola típicamente como universalismo, arminismo o calvinismo. Sin embargo, nosotros no tenemos necesidad de ser alineados con una escuela de teología en particular. Aunque cada escuela tiene cierta comprensión que merece nuestra consideración, también tiene debilidades significativas que oscurecen elementos importantes, e incluso cruciales, de la revelación bíblica. Esas debilidades no han sido identificadas solo por nosotros, sino que han sido sacadas a la luz en las continuas discusiones y debates a lo largo de la historia de la iglesia. Aunque compartimos la fe en las mismas realidades, como lo hacen todos los cristianos, nuestra comprensión y articulación teológica no encaja con las líneas trazadas en los debates típicos del universalismo-arminismo-calvinismo.
9. Aquellos que están satisfechos con una de esas tradiciones teológicas primarias, e insisten en que esas son las únicas opciones, probablemente no serán capaces de escuchar apropiadamente nuestro testimonio teológico, o percibir su fuente y norma en la forma en que nosotros lo hacemos. Lo más probable es que sus críticos concluyan que nosotros hemos pescado en una o dos opciones teológicas de las que ellos han rechazado, que pueden incluir ser “encarnacionalistas” o “trinitarios”. Mientras que nosotros podemos ofrecer nuestras razones por las que y cómo entendemos la fe cristiana en la forma en que lo hacemos, no tenemos porqué aceptar ninguna etiqueta ni defender la que usamos. Solo estamos tratando de ser tan fieles como podamos para comprender y explicar la revelación bíblica. Nosotros pasamos nuestras convicciones, primero, a nuestros propios miembros para su beneficio, y segundo, a otros, confiando y esperando que puedan ser renovados y bendecidos como lo hemos sido nosotros a media que el Señor nos ha corregido y restaurado.
10. No fue una teología o teólogo en particular lo que transformó a la Comunión Internacional de la Gracia, sino que fue Jesucristo, hablando a través de su Santa Palabra, el que nos reveló la verdadera naturaleza y carácter de Dios. La Comunión Internacional de la Gracia fue atrapada por el evangelio de Jesucristo, a medida que nuestro Señor se colocó en el centro de nuestra adoración y fe. Si la etiqueta de “teología trinitaria encarnacional” describe apropiadamente esa transformación, entonces la aceptamos. Sin embargo, no tenemos necesidad de defender una etiqueta, porque no establece nada.
Entregado por GCI Weekly Update el 27 de Febrero de 2 013 bajo Church Development
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